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Los nuevos profesionales que demandará Arequipa

Los nuevos profesionales que demandará Arequipa

En los siguientes tres años, Arequipa y las regiones del sur demandarán técnicos y profesionales altamente especializados para los grandes proyectos. En cartera figuran el Gasoducto Sur Andino, la
industria  petroquímica, los servicios turísticos, irrigaciones, industria manufacturera, nuevas mineras y textiles. Los jóvenes son los llamados a ocupar estos puestos, sin embargo, urge replantear el perfil profesional. Que universidades e institutos superiores formen mano de obra  de acuerdo a estas exigencias. 


Según datos de la Gerencia Regional de Trabajo y Promoción de Empleo (GRTPE) en Arequipa, un tercio de la población de Arequipa es joven entre 15 y 29 años. De los 191 mil jóvenes económicamente activos, un 89% trabaja, pero en condiciones inadecuadas. El 54.8% es subempleado, es decir no tiene todos los beneficios de ley: sueldo mínimo, vacaciones, jubilación, seguro social, horas extras, etc. Los ingresos promedio son de 1,142 soles para los que tienen secundaria completa y 1,270 para los que concluyeron la universidad. 

“La principal razón de estas condiciones de empleo precario es la falta de capacitación. Por eso requeriremos, para satisfacer la demanda en el futuro, a profesionales con habilidades analíticas, sociales e investigadoras. No solo gente que repita lo que le enseñaron”, indica Rolando Fabián, director de Promoción del Empleo de la gerencia de Trabajo. 

FALTAN ESPECIALISTAS
Hace cinco años explotó el "boom" minero. Los precios de los metales se elevaron sustancialmente y empujaron a nuevos proyectos, por ende se requirió más mano de obra. Las minas necesitan profesionales  en las ramas de la ingeniería (minas, civil, industrial). Hay déficit en este tipo de mano de obra. Pero, según José Cáceres, gerente comercial de Obiettivo Lavoro, empresa especializada en recursos humanos, no solo se necesitan egresados de estas carreras, también especialistas para realizar tareas específicas.

“Por ejemplo, se pide ingenieros abocados a la seguridad minera. O ingenieros industriales, pero especialistas en operaciones productivas y no solo administrativas (como egresan de la universidad)”, explica.  Sin embargo, muchas veces no encuentran personas que puedan ocupar las plazas de trabajo. De las 30 convocatorias anuales que realiza la empresa, el 20% no se completa debido a la falta de profesionales idóneos. 

Otro sector con fuerte demanda laboral es el de Servicios, debido a la aparición de nuevos centros comerciales y el aumento del consumo de los arequipeños. Según cifras de Trabajo, el 45.8% de jóvenes labora en este rubro. A la empresa Man Power, dedicada a la colocación de personal a nivel nacional, le llega requerimientos de empresas que necesitan, además de ingenieros mineros, geológos y metalúrgicos, administradores, economistas, comunicadores sociales, psicólogos y relacionistas industriales. Es decir, personal abocado al contacto con el público.  
 
Para el coordinador de reclutamiento de Man Power, Álvaro Talavera, las trabajadores con hiper especialización y no solo conocimientos generales, tienen mayores ventajas para ganar un concurso de plazas. “Se necesitan servidores que cumplan funciones claves. Por ejemplo, que hagan control de calidad, que aseguren la excelencia de la producción. También supervisión e instalación de operaciones, instrucción de personal”, señala. Sin embargo, las universidades e institutos superiores  no están formando a esta clase de profesionales.

FALLA EN LA EDUCACIÓN 

La producción de Arequipa representa el 5% del Producto Bruto Interno del país. La región es un importante centro minero, industrial, agroindustrial y comercial. Según la Guía de Orientación de Estudios 2011 de la Secretaría Nacional de la Juventud, los sectores con mayor productividad laboral son construcción, manufactura y minería. Pero, las carreras más demandadas son las de educación y administración, a pesar de que el 57% de los que trabajan en esos sectores están subempleados. 

Existe una falta de diálogo entre los entes productivos (el sector empresarial) y las universidades y centros de formación superior, ya que no se está formando a profesionales acorde a las necesidades de la región. Pero este error en la educación proviene desde el colegio, ya que no se les da a los estudiantes una adecuada orientación vocacional. 

“No hay preocupación por guiar a los alumnos a carreras productivas. Se ha perdido la esencia del profesionalismo, se prefiere ganar dinero en vez de enfocarse a algo para lo que se es apto. Por eso existen profesionales mediocres”, señala Cáceres.


Por su parte, Talavera indica que los jóvenes deben orientar sus esfuerzos a carreras de tipo técnico o universitario que en este momento están desatendidas, pero que son útiles para la sociedad. “De lo contrario, como a veces nos pasa en Arequipa, tendremos que traer profesionales de Lima o el norte del Perú, porque no podemos satisfacer la demanda con lo que tenemos aquí”, advierte.

NUEVAS HABILIDADES

Pero además de las carreras relacionadas con las actividades en crecimiento, como las industrias y servicios, en el futuro habrá nuevos escenarios sociales que requerirán de profesionales con habilidades especiales. El economista Fabián señala que las consecuencias del calentamiento global, la demanda de cultivos orgánicos, el envejecimiento sistematizado de la población y las nuevas relaciones que generan los jóvenes con la tecnología, abren un abanico de posibilidades para nuevos trabajos.

“Se requerirán psicólogos y educadores que sepan cómo lidiar con los efectos de las redes sociales e Internet en la sociedad. O trabajadoras sociales y enfermeras especializadas en ancianos y buenos hábitos nutricionales. Las opciones son muchas”, dice. 

Por esta razón, se precisa de un cambio en la manera que se imparte conocimientos en las universidades. Ya no solo se debe enseñar a los profesionales para que sigan fórmulas y procedimientos de acuerdo a los manuales y la teoría para cumplir con las tareas asignadas en el centro de trabajo. “Se requiere gente que innove y que no solo repita como animal amaestrado. Además, se debe desarrollar competencias como el trabajo en equipo, la responsabilidad, el liderazgo y la asertividad en todas las ramas del conocimiento”, propone Fabián.


Para satisfacer estas nuevas demandas de profesionales se necesitará una fuerte inversión en la educación de los jóvenes. El Estado peruano gasta menos de cuatro soles por
estudiante al día. En Chile la inversión por alumno es tres veces mayor. Aún cuesta entender que la educación no solo es el pasaporte para obtener un buen trabajo, sino la oportunidad de generar desarrollo para el país. (
Jorge Malpartida Tabuchi). 

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