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Avances y desafíos de la inclusión

Avances y desafíos de la inclusión

El rostro del Perú viene cambiando. La esperanza, el optimismo, se abren paso día a día. Conforme nos afirmamos y nos reconocemos en lo nuestro, valoramos nuestras potencialidades y las movilizamos, sumando fuerzas entre Estado y sociedad civil; trabajando a favor del desarrollo humano integral de nuestra población, empezando por aquellos que más lo necesitan.

Hablamos de un estado de ánimo, pero hablamos también de bases concretas en las cuales este nuevo estado de ánimo y estas expectativas se nutren.

Identificar el país que somos es reconocer que un sector muy importante de nuestra población vive en condición de pobreza, una situación injusta que se puede y debe remediar. Es asumir por ello y con ellos el reto de cambiarla.

Esto es algo que se ha ido ganando e interiorizando en todos los sectores del país. Acorde con esto, la idea de inclusión social se ha generalizado y es una aspiración y un compromiso que nos desafía cualquiera sea nuestra ubicación y rol en la sociedad.

Hoy, Inclusión social es más que un compromiso de Gobierno, un compromiso de nación. Un compromiso que tiene indicadores para medirse y metas para alcanzarse, establecidos en la historia reciente del país a través de los acuerdos de gobernabilidad, suscritos por candidatas y candidatos en todas las regiones en las pasadas elecciones, y en tres agendas nacionales a favor de la infancia y el desarrollo integral de las poblaciones rurales

Está contenido en una agenda marco en materia de lucha contra la pobreza y política macroeconómica, respectivamente, suscritas en las elecciones nacionales del 2011. A ellas se suman las políticas de Estado del Acuerdo Nacional que todas las fuerzas políticas del país han hecho suyas.

Palabras como organización, participación, propuesta, responsabilidad social empresarial, articulación, resultados, logros, eficacia de la política pública, dan cuenta de diversos tipos de esfuerzo que desarrollamos en el país para cumplir -desde nuestros diversos roles sociales- con ese compromiso. 

También están términos como actividad prioritaria, transparencia, rendición de cuentas, plan de desarrollo concertado, presupuesto participativo, presupuesto por resultados, consulta amigable, que aluden a diversas herramientas de gestión pública que contribuyen a esa inclusión. Herramientas y prácticas que hemos desarrollado como país en estos años. 

Entre las prácticas está también la del "seguimiento concertado" a través de la cual representantes del Estado y de la sociedad civil evalúan el accionar del país para el logro de las metas planteadas y la manera de avanzar hacia ellas.

Un elemento importante, en la afirmación de la esperanza y el optimismo, es la convicción de que sí se pueden lograr cambios.

Si bien la pobreza y la desigualdad son una realidad que afecta a un sector muy importante de la población nacional, no es menos cierto que venimos dando pasos también importantes para modificar esta situación, aunque los logros son distintos entre las regiones del país.

En esa línea tenemos, por ejemplo, la reducción de la tasa de pobreza monetaria, tanto urbana como rural, que se observa de 2004 en adelante, aun cuando la pobreza monetaria rural es todavía bastante alta.

También están la ampliación en la cobertura de servicios de agua, luz, que tienen que ver con servicios esenciales para satisfacer necesidades básicas.

Además, está el compromiso y los avances para ampliar el acceso a la educación inicial en las zonas rurales, la mejora en los indicadores de desnutrición crónica en la población menor de 5 años, el acceso a la población al documento nacional de identidad. Según Reniec, al 31 de diciembre de 2012, tenemos 31 millones de peruanas y peruanos que tienen su DNI, de los cuales 9 millones 824 mil son menores de 18 años. Diez años atrás, ningún menor de 18 años contaba con este documento que protege su derecho a la identidad.

También están los datos disponibles sobre mejora del empleo, en especial del empleo formal en 2012 y el sostener un nivel de crecimiento del PIB de 6.3% en un contexto de crisis internacional muy difícil. A ello podemos y debemos sumar la mejora en la recaudación fiscal, lo que se expresa en una presión tributaria de 16.2% del PIB.

Los avances están allí, pero también las oportunidades, los desafíos y las posibilidades de consolidar, de una vez por todas, estos logros.

Así por ejemplo, el presupuesto 2013 tiene recursos significativos para atender aspectos claves, si los utilizamos con eficacia, rapidez y participación de la población, podrá contribuir a poner un mejor piso para la seguridad alimentaria, tanto de las poblaciones del campo como de las ciudades del Perú.

La Mesa de Concertación para la Lucha contra la Pobreza cumple 12 años como espacio de encuentro entre Estado y sociedad civil para concertar estas políticas y acciones, y para llevar adelante estas tareas. Al inicio de este nuevo año de vida institucional, ratificamos nuestro compromiso nacional por lograr una vida digna para todos. 

"Identificar el país que somos es reconocer que un sector muy importante de nuestra población vive en condición de pobreza, una situación injusta que se puede y debe remediar. Es asumir por ello y con ellos el reto de cambiarla"

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